2 Estaban con Isbaal, hijo de Saúl, dos hombres, jefes de banda, uno
llamado Baaná y el otro Rekab, hijos de Rimmón de Beerot, benjaminitas,
porque también Beerot se considera de Benjamín.
3 Los habitantes de Beerot habían huido a Guittáyim, donde se han
quedado hasta el día de hoy como forasteros residentes.
4 Tenía Jonatán, hijo de Saúl, un hijo tullido de pies. Tenía cinco años
cuando llegó de Yizreel la noticia de lo de Saúl y Jonatán; su
nodriza le
tomó y huyó, pero con la prisa de la fuga, cayó y se quedó cojo. Se llamaba
Meribbaal.
5 Se pusieron en camino Rekab y Baaná, hijos de Rimmón de Beerot,
y llegaron a casa de Isbaal con el calor del día, cuando dormía la siesta.
6 Entraron en la casa. La portera se había dormido mientras limpiaba
el trigo. Rekab y su hermano Baaná se deslizaron cautelosamente
7 y entraron en la casa; estaba Isbaal acostado en su lecho, en su
dormitorio; le hirieron y le mataron; luego le cortaron la
cabeza y
tomándola caminaron toda la noche por la ruta de la Arabá.